Increíblemente han pasado 4
meses desde que me embarqué en esta odisea de la escritura.
A veces es ilógico pensar en
cuantas hojas llevas escribiendo; ya que las ideas no se miden en hojas y la imaginación
es ilimitada.
He reído y he llorado con cada
situación presente en la historia, así también el enojo y la impotencia han
formado parte de las sensaciones que los sucesos me han causado. Me siento
parte de la historia… lo que me lleva a pensar ¿estaré haciendo lo correcto?
Imagínense cerrar los ojos y ver
a cada uno de sus personajes hablándoles, contándoles lo que les ha pasado, guiándolos
por cada uno de los lugares creados por sus mentes y sintiendo lo que siente
cada uno de ellos. Desde el villano mas cruel hasta el cándido personaje que
siempre nos arranca una sonrisa en nuestros momentos de seriedad.
Paseando por el cementerio pude ver una blanca y hermosa lechuza, la
que con sus ojos enormes vigilaba mis pasos.
Hoy estoy aquí; mañana quizá no.
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