Kyle
lo tiene todo, pero aún así, no se siente bien al menos que desprecie y humille
a todos aquellos que no cumplen con sus estándares de perfección. Hasta que un
día se mete con la persona equivocada, una extraña chica de su clase de inglés,
que tiene el cabello verde y su apariencia no es precisamente agradable. Como
una broma, él la deja plantada en el baile. Luego descubre que la extraña, sin
embargo, ¡¡no es otra cosa más que una bruja que lo castiga con una maldición!!
Existe
una posibilidad, tiene dos años para encontrar a alguien que lo ame realmente,
a pesar de su apariencia monstruosa; pero lo realmente difícil es que él
también debe amar a esa persona o será una bestia para siempre.[...]
Podía sentir a todo el mundo mirándome,
pero estaba acostumbrado a ello. Algo que mi padre me había enseñado a temprana
edad, y con frecuencia, era a actuar como si nada me afectara. Cuando eres
especial, como nosotros, la gente debía notarlo.
Era el último mes antes del final de noveno
curso. El profesor sustituto nos estaba dando las papeletas para la elección de
la corte del baile de primavera, algo que normalmente yo habría encontrado
patético.
—Eh, Kyle, tu nombre está en esto. —Mi
amigo Trey Parker me dio un golpecito en el brazo.
—No creo. —Cuando me giré hacia Trey, la
chica que estaba junto a él... Anna, o tal vez Hannah... bajó la mirada. Huh.
Había estado mirándome fijamente.
Examiné la papeleta. No sólo estaba allí mi
nombre, Kyle Kingsbury, para príncipe de noveno grado, sino que era el claro
ganador. Nadie podía competir con mi aspecto y el dinero de mi padre.
El sustituto era uno nuevo que puede que
todavía tuviera la falsa impresión de que porque Tuttle era el tipo de escuela
que tenía una barra de ensaladas en la cafetería y ofrecía cursos de Chino
Mandarín... es decir, una escuela donde la gente de auténtico dinero de Nueva York
enviaba a sus hijos... no íbamos a meternos con él como los despojos de la
escuela pública. Grave error. Pero no era como si el sustituto fuera a ponernos
un examen, solo teníamos que pensar en cómo hacer que leer la papeleta y
garabatear nuestras elecciones nos llevara toda la hora. Al menos la mayoría de
los que estábamos allí. El resto se estaban escribiendo mensajes de texto unos
a otros. Observé a los que estaban rellenando las papeletas mirar hacia mí.
Sonreí. Cualquier otro podría haber bajado la mirada, intentar parecer tímido y
modesto, como si se sintieran avergonzados de que su nombre estuviera allí...
pero no tenía sentido negar lo obvio.
—Mi nombre también está. —Trey me golpeó el
brazo de nuevo.
—¡Eh, cuidado! —Me froté el brazo.
—Cuidado tú. Tienes esa estúpida sonrisa en
tu cara, como si ya hubieras ganado y estuvieras concediendo a los paparazzi la
oportunidad de sacarte una foto.
—¿Y me equivoco? —Sonreí más ampliamente,
para molestarle, y lancé un saludo como en un desfile. La cámara del teléfono
de alguien chasqueó justo en ese momento, como un signo de exclamación.
[...]De esa forma empieza la obra que me servirá para alimentar mi imaginación. Una buena lectura para empezar un nuevo mes.
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